El café de los viernes #4


El café de los viernes es una sección muy popular en el mundo de los blogs personales, la ideas es sencilla y encantadora: invitarte a ti como lector a tomar un café los viernes por la tarde después de nuestra jornada laboral y contarnos, como buenos amigos, qué tal nos ha ido en la semana. Así que... ¿nos tomamos un café y charlamos un ratito?


Ya es viernes y es un poco tarde, por poco y no llego a mi cita contigo pero aquí me tienes, hoy con café en mano y a estas horas te contaría que fue una semana muy pesada emocionalmente. Siempre es triste cuando una persona se va de este mundo, pero duele más ver a quienes deja. Y uno no puede explicarse tanto dolor, que parece casi una injusticia y sin embargo sucede; y solo Dios, el destino, la vida o en lo que decidas creer, sabe por qué pone esas pruebas. Y no puedo hacer nada más, mas que desear que el tiempo pase rápido y diluya aunque sea un poco su dolor.

Si me tomara un café contigo, te contaría que fue una semana difícil para nosotros porque Brownie se enfermó, y lo que pensamos que era una infección en la garganta terminó juntándose con parvovirus. Si tienes perros, sabes que es un virus con un alto nivel de mortandad; y aunque desde que Brownie llegó con nosotros jamás faltamos a ninguna cita con el veterinario y tiene todas las vacunas... al parecer no lo protegieron como debían.

Brownie estuvo prácticamente 3 días internado con suero y cuidados de su veterinaria, que yo casi estoy convencida de que es un ángel y qué bueno que fuimos a dar con ella, porque gracias a todos esos cuidados y los cuidados que mi mamá le dio mientras yo trabajaba es que Brownie pudo volver a casa ayer y para mi sorpresa es como si le hubieran puesto pilas nuevas.

Era muy doloroso verlo decaído y sin comer, o verlo triste y con suero en la veterinaria. Debo admitir que no hubo ni un día desde el sábado hasta ayer que no llorara cual Magdalena al pensar en las posibilidades que tenía Brownie de volver a casa. Afortunadamente, Dios quiso que así fuera, porque como dicen cuando ya no tiene alas para los ángeles les pone patitas y colitas y ese es Brownie.

Si me tomara un café contigo, justo en este momento te pediría una disculpa por esa lágrima que se me acaba de escapar, no pretendo que este café nos ponga tristes; porque a pesar de lo complicada que fue esta semana hay que celebrar la vida ¿no crees?

En estos días, recibimos muchos ánimos para que Brownie se recuperara. Estoy completamente convencida de que tantas buenas vibras le llegaron y también es por eso que está con nosotros a día de hoy, por eso y por sus ganas de vivir. Porque hay que tener ganas de vivir la vida, aunque parezca obvio.

Personalmente, disfruto muchísimo este café contigo, a mi esposo y mi familia, a mi pequeño Brownie, este blog, la gente que amo, la fotografía y los amaneceres; por todo eso vale la pena la vida. Es imposible no pasar momentos amargos, son parte de la vida misma pero justamente por eso las pequeñas y sencillas cosas se disfrutan más.

Y cuéntame, ¿tú que cosas disfrutas de la vida?

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